Escoger bien el tipo de calzado que vas a llevar cuando vas a realizar algún deporte puede ser clave no solo para evitar lesiones, sino para conseguir un rendimiento más óptimo. Sobre el calzado recae todo el peso de nuestro cuerpo, amortiguando cada impacto de nuestras pisadas y reduciendo la tensión que se genera en las articulaciones y en el tejido conectivo.
Hoy en día, dada la gran variedad de modelos de zapatillas caemos en la tentación de comprar según el diseño o la moda descuidando aspectos realmente importantes. Es mucho más importante fijarse en la comodidad, funcionalidad, entre otros factores, que en la estética. Por esta razón, te ofrecemos una serie de factores a tener en cuenta a la hora de elegir tus próximas zapatillas de running.
El peso corporal
El primer paso para empezar a buscar zapatillas ha de ser el peso de cada corredor. El impacto que recibe cada pie cada vez que salimos a correr triplica nuestro peso corporal. Cuanto más peso tenga el runner mayor será el desgaste de la zapatilla. Por eso, será fundamental tener en cuenta el rango de pesos recomendados en función de la amortiguación y de la estabilidad de las zapatillas.
De este modo, según el peso, cada runner necesitará unas zapatillas con unas características determinadas. Si pesamos menos de 65 kg (en el caso de los hombres), y 50 kg (en el caso de las mujeres) lo ideal serán unas zapatillas ligeras muy flexibles con poco peso y sin apenas amortiguación. En general, a más peso mayor necesidad de amortiguación. Estos suelen ser runners con arco bajo, que necesitan un gran control en el talón y el interior del pie, una zapatilla capaz de resistir el peso del impacto durante la carrera.
La talla
Es muy importante que exista un buen ajuste pie-zapatilla. El pie necesita ir completamente ajustado para un mayor control de nuestras pisadas. Elegir bien la talla de la zapatilla será primordial para poder sacar provecho a todas las características que estas ofrece. A la hora de elegir la talla hay que tener en cuenta que, con la carrera el pie aumenta ligeramente de tamaño, es decir, se hincha, por eso es recomendable comprar medio número o un número entero más del habitual. De este modo, el pie podrá moverse libremente sin chocar constantemente contra la punta de la zapatilla.
Otro aspecto a tener en cuenta es la horma y la plantilla de la zapatilla, ajustándose correctamente a la anchura y al arco del pie. También hay que prestarle atención a las diferentes técnicas que existen para atarse los cordones. Al llevar una talla más grande de lo normal, será necesario buscar la mayor sujeción posible, evitando así posibles irritaciones y ampollas producidas por la fricción del pie contra el calzado. La comodidad del pie en la zapatilla deberá ser absoluta sin roces, ni presión, ni ningún otro tipo de molestia.
EL TERRENO
La superficie de carrera influye significativamente en el desgaste de las zapatillas. No es lo mismo correr por superficies más abrasivas como el asfalto, que por terrenos más suaves como la montaña. Las exigencias del terreno varían y las características de la zapatilla deben adaptarse a cada terreno. Por lo tanto, para correr por el asfalto, lo correcto será utilizar zapatillas de suela dura con una buena amortiguación y reactividad en busca del máximo contacto con la superficie.
Por lo contrario, si corres por senderos y rocas, la amortiguación tendrá menos importancia, ya que el terreno no es tan duro como el cemento o el asfalto, por el que el impacto que reciben las zapatillas será mucho menor. En este caso, se requieren zapatillas de suela todo terreno con tacos y refuerzo en las zonas más vulnerables como la puntera o el talón, proporcionando mayor agarre, protección y estabilidad.
LA PISADA
El modo en que pisas cuando corres determina en gran medida la técnica de running empleada. Si no controlas bien la pisada y notas que el tobillo se mueve, será necesario utilizar una zapatilla que ofrezca suficiente estabilidad y sujeción al pie. Por ello, debes analizar tu forma de correr para poder elegir un modelo de zapatilla que se adapte adecuadamente a tu técnica de running.
Un corredor puede correr de forma más o menos dinámica, es decir, realizando el mínimo contacto con el suelo o golpeándolo con fuerza con cada pisada. En este sentido, hay que tener en cuenta dos modelos de zapatillas según la pisada, los que tienen en cuenta la sobrepronación (pisada pronador) evitando que el tobillo se mueva hacia el interior y los que tienen en cuenta la supinación (pisada supinadora) proporcionando a la zapatilla una mayor estructura para la parte exterior del pie.
También será necesario tener en consideración las lesiones del corredor, si ha sufrido algún tipo de lesión o vienen de un proceso de recuperación. En estos casos la pisada suele estar alterada, por lo que se deberá buscar un modelo de zapatilla que de apoyo, haciendo que el riesgo de volver a lesionarse disminuya o en mejor de los casos poder prevenirla.
Cabe destacar, que existen centros que realizan estudios de la carrera, analizando la posición dinámica y estática del pie durante la carrera y el reposo. Estos estudios suelen comprender desde exámenes observacionales hasta complejos análisis realizados con instrumentos de toma de datos de 2D y 3D, que permiten cuantificar diferentes aspectos del movimiento y obtener datos referentes a la zancada, el tiempo de pisada y las distintas fuerzas subyacentes que actúan sobre él. De este modo, el corredor podrá identificar cuales son sus desviaciones respecto al ideal y sus áreas de mejora para poder alcanzar el deseado movimiento saludable que le permita mejorar y reducir presiones y sobreesfuerzos.
Repasados los principales factores que influyen a la hora de elegir una zapatilla de running, esperamos haber resuelto todas tus dudas para que tu elección sea la más correcta posible además de obtener el mayor disfrute y rendimiento posible en tu próxima carrera. Y si buscas alcanzar tu máximo rendimiento prueba los probióticos TOP4U.